El impacto de la música en el desarrollo socioemocional de los niños en el aula
Desde tiempos antiguos, la música ha demostrado ser un aspecto sumamente importante a nivel social e individual. Su habilidad para afectar de manera agradable o desagradable a las emociones, la convierte en una herramienta didáctica idónea para fomentar el desarrollo integral de los niños y jóvenes al impulsar sus capacidades e influir en la formación de su entorno social.
Su práctica ayuda a la formación de comunidad e interdependencia y al desarrollo de personas comprometidas, sensibles, creativas, determinadas y responsables con sus acciones.
Según la teoría de Gardner (2006) sobre la conceptualización de las Inteligencias Múltiples, cada persona responde a distintas maneras de pensar y de aprender, dentro de estas distintas inteligencias, existe una referente al ámbito musical, en la que se valoran la importancia de su adquisición, interpretación e impacto en el aprendizaje de la música y los sonidos en distintas esferas.

Acorde a esta teoría, desde los primeros años hasta la adolescencia, la música interviene en la formación de “una serie de valores educativos que fundamentan su idoneidad para formar parte de las disciplinas escolares […], que desempeñan un papel esencial en el desarrollo integral de las personas” (Valles del Pozo, 2009). Los beneficios se pueden observar en sus dimensiones cognitiva, física y psicoemocional.
En lo psicoemocional, la música interviene como un factor comunicativo y de expresión, que ayuda a canalizar y comprender las emociones, a promover el autoconocimiento y forjar la personalidad, coadyuvando en la formación de la conducta y del comportamiento de los niños.
Al implementarla en el aula, la música tiene la capacidad de actuar como medida de prevención a los conflictos y contribuye a la mejora del clima escolar,
La música estimula los sentidos, el equilibrio, el desarrollo muscular y fomenta la relación entre el grupo de iguales. Además, actúa como medida de prevención de los conflictos que puedan surgir y ayuda a mejorar el clima del aula, porque ayuda a la relajación y al mejoramiento del estado anímico impactando en la autoestima de quien la escucha, así como el establecer relaciones entre los alumnos al participar en actividades en conjunto.
Su uso se puede adaptar a todas las áreas curriculares, fomentando la interdisciplina y la enseñanza integral en los alumnos. Puede adecuarse a cualquier sistema de enseñanza y su aprendizaje resuena en el enriquecimiento cultural de la sociedad.
La música al vincular la sensibilidad y creatividad tanto en su recepción como en su proceso creativo, favorece su aprendizaje desde distintas dimensiones, brindando la oportunidad de fomentar las habilidades socioemocionales que determinarán el desarrollo de los niños y jóvenes.
Bibliografía:
-Gardner, H. (2005). Inteligencias múltiples: La teoría en la práctica. Barcelona, España: Paidós.
-Valles del Pozo, M., J. (2009). Música y Educación. Revista Electrónica de Desarrollo de Competencias. Recuperado de: http://www.educandus.cl/ojs/index.php/fcompetencias/article/viewFile/53/57