Procrastinar se da más por mal manejo emocional que por flojera

Según un artículo del New York Times, en el que se toma la opinión de expertos en psicología, la procrastinación no es ni un defecto de carácter ni una maldición... es una manera de enfrentar las emociones desafiantes y estados de ánimo negativos generados por ciertas tareas.
La palabra Procrastinar tiene dos connotaciones: la primera deriva del verbo latino procrastināre, postergar para mañana; y de la palabra akrasia, hacer algo en contra de nuestro juicio, proveniente del griego koiné o antiguo.
Es decir que postergamos o evadimos con astucia y creatividad alguna tarea o esfuerzo que sabemos que debemos hacer.
Es común que se derive de situaciones o actividades que nos hacen sentir: aburrimiento, ansiedad, inseguridad, frustración, resentimiento entre otras...
Según el New York Times
“La procrastinación es un problema de regulación de emociones, no un problema de gestión de tiempo”.
La procrastinación es enfocarse más en la urgencia inmediata de administrar los estados de ánimo negativos que en dedicarse a la tarea.
Engloba las asociaciones negativas que tenemos con la tarea, y esos sentimientos todavía estarán ahí cuando volvamos a ella, junto con estrés y ansiedad aumentados, sentimientos de baja autoestima y de culpabilidad.
La solución podría ser una buena formación en el manejo de las emociones; por lo cual, se aconseja autoanalizarse e identificar la fuente de esa ansiedad para poder desbloquear esos niveles de productividad que tanto deseamos.
El buscar programas de Habilidades socioemocionales que nos enseñen indicadores para comenzar a detectar lo que sentimos y a aprender a nombrar nuestras emociones, es una excelente manera de comenzar, porque mientras mejor nos conozcamos, más fácil será encontrar la manera de lograr exitosamente nuestras tareas.
Lee la nota completa del New York Times: https://www.nytimes.com/es/2019/03/26/como-evitar-la-procrastinacion/?smid=wa-share-es